De folclor y posmodernidad
Con una gira por los teatros
históricos de Puebla, Guanajuato y Oaxaca, Natalia Lafourcade da a conocer su
más reciente álbum: Musas (en manos
de Los Macorinos). Dicho disco fue hecho por la cantante con la intención de
“divertirse y pasársela bien”, ya que después del éxito de Hasta la raíz, Natalia tenía la inquietud de buscar los pilares de
su propia identidad como cantautora mexicana y latinoamericana.
Es así como nace Musas, que contiene temas de Violeta
Parra, Roberto Cantoral y Chavela Vargas; Natalia rejuvenece esas canciones
imperdibles y las acerca a las nuevas generaciones, algo que ya había hecho con
la música del “Flaco de Oro”, Agustín Lara, en su álbum Mujer divina.
Sin embargo, Musas también contiene temas originales,
nacidos de pasiones e inquietudes, como lo son Mi Tierra Veracruzana, que la artista canta al lugar que la vio
crecer, con todos sus olores y paisajes; también Soledad y el Mar, dedicada, como ella dice, a esa musa que a veces
es amarga, pero también puede ser dulce. Otras son catárticas, como Rocío de todos los campos, que escribió
a una amiga suya que falleció el año pasado, y que le transmitió su pasión por
la vida.
Desvistes tu cuerpo y tu alma / para en el agua nadar. / Libre serás, para siempre, para siempre / mariposa morada entre bambú.
La cita fue el 8 de
julio a las 8:00 de la noche en el Teatro Juárez, Gto. La gente fue llegando de
par en par, en grupos, y se sentaba, esperando a Natalia con paciencia, pero lo
primero que nos mostraron fue una proyección de un pequeño documental sobre la experiencia
de hacer Musas, en la que los
productores e integrantes del proyecto compartían sus impresiones sobre el
álbum.
Cuando acabó el
documental, aparecieron Los Macorinos y nos deleitaron con una corta melodía,
demostrando que no por nada fueron músicos de cabecera de grandes artistas como
Cri-Cri, Chavela Vargas, José Alfredo Jiménez y un largo etcétera.
Finalmente hizo su
aparición la protagonista de la noche, y acompañada por las guitarras y voces
de Miguel Peña y Juan Carlos Allende (nuestros Macorinos), comenzó el concierto
con canciones como Qué he sacado con
quererte y Son Amores, seguidos
de éxitos como Te vi pasar y Tú sí sabes quererme.. También presentó
algunos temas que estarán presentes en Musas
vol. II, como Luz de Luna, de Chavela
Vargas, y Alma mía de María Grever.
Si yo encontrara un alma como la mía / cuántas cosas secretas le contaría. / Un alma que al mirarme, sin decir nada, / me lo dijese todo con la mirada.
Y ya que se volvían a
las raíces, Natalia se fue fiel a sí misma e interpretó Nunca es suficiente, Hasta la
Raíz y Para qué Sufrir, así como María bonita y Piensa en mí, obteniendo al unísono el coro de sus seguidores.
El trabajo que está
haciendo Natalia es un himno al folclor latino, así como una llamada de
atención para las generaciones jóvenes, que bien pueden no seguir su música,
pero es imposible que no reconozcan el talento de artistas aún más grandes, que
vienen detrás de todos los contemporáneos, y lograron capturar en sus
composiciones la forma de amar, de sufrir y de vivir como latino.
¿Quién no suspiró con
el pequeño coro que decía “café con pan, café con pan…” de Mi Tierra Veracruzana?, ¿quién no ha dicho “cabrón” cuando ha
sufrido una decepción amorosa como en Te
Vi Pasar? Y es que el mexicano siempre volverá a sus raíces, ya sea en el
lenguaje, la comida o las costumbres, todo aquello que conforma la identidad
cultural de un pueblo. Hay que reconocerlas e integrarlas a la vida diaria, y
no caer en el malinchismo del que siempre hacemos gala.
Las raíces y
tradiciones están ahí, profundamente arraigadas y conviven dentro de nosotros
en un mundo líquido, en el que el Internet muchas veces nos hace experimentar
en una especie de “des-sincronía”, una resistencia al presente y la realidad.
Es un problema que está
ahí pero es incómodo evidenciarlo, así que cuando la cantante pidió al público
que intentaran disfrutar la música y conectar con ella, dejando de lado
celulares y redes sociales para que pudieran estar “completamente presentes”,
recibió una risa incómoda de parte del auditorio.